Los Poemas de Amo suelen Enfermarme - Huilo Ruales

Los Poemas de Amor suelen Enfermarme

De envidia y a su vez multiplicar mi culpa.
¿Tan despiadado soy que el amor en mis manos no logra transformarse en poema?
Los poetas son seres sanos, diáfanos, puntiagudos
con una sensibilidad exacerbada como de herida infecta,
con un radar poderoso para captar la belleza y sus parientes pobres.
Yo en cambio odio la luz, huyo de la bondad que a menudo la siento como disfraz de alguna miseria. La perfección me produce eczema. La competencia, el éxito, me aterra. La sensatez me huerfaniza.
La fraternidad, la igualdad, el amor al prójimo me producen pena, envidia, gula, los trece pecados capitales.

El Porvenir para mí es la ranura central en la grupa de un hipopótamo.
La muerte es la mujer de mis sueños aunque prefiero verla enfiestada con los otros.
Me gusta el sonido efervescente de la droga en la lengua.
Me llega al alma la hoja de afeitar en el ojo, rito en el que por favor completo silencio.
Me gusta el sabor a clavo que tiene el fracaso
y comparto gustoso hasta mi casa con los perdedores.

Del amor me gusta el cine en versión original.
Las mujeres sin nombre, sin documentos.
Mujeres tranquilas remando en la desesperación.
Me gusta el adulterio con su vengativa manera de usar el jabón,
la ventana, el ancho de la cama en el hotel.
Me gusta el sexo viajero.
El sexo que empieza en una estación de tren
y termina en un túnel donde los amantes desaparecen.
Y hablando de sexo, me gusta el sexo como a la muerte le gusta la vida.

Me gusta hasta el fervor, hasta las lágrimas, el sabor dulce salado de la orina en el clítoris, cualquiera que fuese su raza, su religión, su grado de angustia.

Me gusta que las mujeres me vean como una sombra
Me gusta que las mujeres me admiren, disfruten de mis bromas echándo la cabeza hacia atrás.

Me gusta que las mujeres me tengan miedo
y con él se abran de piernas o se volteen pidiendo por dios ayuda.
Yo no hago poemas de amor, que me disculpen mis descendientes.
Que me disculpe el culto público que para eso ha llegado hasta aquí y volverá a casa desilusionado.

Huilo Ruales (Ibarra, 1947)

Esta es mi vida

Esta es mi vida

Con el humo sobre nuestras cabezas
y la llama encandilada de la muerte
entre nuestras manos
compartiendo el elixir de vida
con un acorde en los labios
y la dulce dama entre nuestros brazos.

Feliz vida, dulce muerte bienvenida.




25 abril, 2014.

Verte y morir

Verte y morir

Por ahora lo único
que quisiera
es verte y morir
en la laguna oscura
de tus ojos.

Que el mar de tus
estrellas
iluminen el camino
por el que transita
mi soledad.

Me es imposible
olvidar nuestros momentos
y recordar tu rostro
todo se lo tragan
tus ojos.

Muéstrame
en las lineas
de tus manos,
en la profundidad
de tus pupilas
al fin el camino.

Bellos coros
de la luna
me recuerdan tu voz
y la profundidad
de tu canto.

Mi dulce sirena
guía al fin
mi camino
hacia tu canción.

Y por fin,
al fin de mi destino
verte una vez más
y morir.






marzo 2014

Consecuencias de un beso

Consecuencias de un beso

"Tal vez eras lo único que mordía
mi corazón, tu boca me recordó a deshora
la flor enterrada tantas veces. Por qué
debías rehacer su pétalo quebrado."

Pasillo

De los Cuadernos de la Tierra (1952-1962)
Jorge Enrique Adoum.


Oscuras almas tambaleándose en la noche
en busca del regalo de un beso.

Si por mi fuera no soltaría jamás el talle de tu cintura,
ni despegaría jamás tu mano de mi pecho.

Lamentable que los lazos que nos unen
sean la casualidad y el incierto.

Lamentable que mi profundo descontento
nos lleven hoy a este nuevo desencuentro.

Por que para ti un beso que es nada
pone a temblar los muros de mi lecho.

Pero por ti, no en tu ser, ni en tu figura
sería lo que genera mi recelo.

Y hoy de nuevo estoy temblando (no por ti)
ante lo que representa este tardío beso.





06 de abril, 2014
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