A circe - Julio Torri

Sirenas

Y ya, cuando al fin parece que el dolor ha cesado aunque sabes que el duelo perdurará. Ya cuando parece que estás dispuesto a entregarte para siempre a una pasión y buscas todos las cosas que despertaron algo en ti y te sometes por fin al encanto de su voz. Sin atarte sin ninguna amarra de tu corazón o de tu conciencia, solo para perderte y consumirte en ellas.

Ya cuando al fin estás dispuesto, ellas no cantan más para ti.

A circe 

¡Circe, diosa venerable! He seguido puntualmente tus avisos. Mas no me hice amarrar al mástil cuando divisamos la isla de las sirenas, porque iba resuelto a perderme. En medio del mar silencioso estaba la pradera fatal. Parecía un cargamento de violetas errante por las aguas. 

¡Circe, noble diosa de los hermosos cabellos! Mi destino es cruel. Como iba resuelto a perderme, las sirenas no cantaron para mí.



Julio Torri
Subir a Inicio