Entre la gente y el humo de los carros - Euler Granda

Entre la gente y el humo de los carros

Desde Quito
hasta el fin de la tierra

yo caminé tu piel,
en ella me interné,
me la aprendí al dedillo.
En ella caí en éxtasis,
de nuevo volví en mí,
me di las vueltas
apaciguado a veces;
a veces desbocado,
lúcido a más no poder,
sonámbulo, enviciado,
ensimismado, entimismado,
con el tacto borracho,
viviendo en la candela.

Un día
cuando salía el sol,
por donde nunca,
con estos ojos
que han de hacerse tierra
yo vi como en tu piel
pastaban las palabras

Euler Granda.

Melodía del Manuel

Melodía del Manuel

Vaya a saber hijo mío
en que noche,
su madre y yo
le llamábamos,
no sé si fue una noche de junio
o una noche de mayo
estese seguro que fue de noche
y que un arco iris se hizo el
vientre de su madre,
estate seguro que te parió
el verdadero amor,
que una franja de luz latina
alumbró la noche luciérnaga
de cipreses en flor, hijo mío
vienes de entre otras cosas
de una travesura nocturna quiteña
que tu tío la canto
entonces te digo que vienes
con estirpe
con dulce de guanábana
fiero, pantera, hijuetreinta,
silueta, violeta,
la parra te canta
ningún predestinado serás,
tente seguro
que en tu frente de niño
está la arruga dibujada
de ese otro niño que a la misma hora
le queda pequeña su manito
para coger el cepillo
con que saca brillo una bota
así carajito mío
te quiero y tu madre mucho más
te quiere el agua, la acequia
te quiere el arbusto, te quiere
el Augusto,
te quiere la VIDA.


4-julio-1985
tu tata.

(Gracias José 
por dejarme publicar 
el poema de tu papá)

Cuando no era mi boca todavía - Antonio Preciado

CUANDO NO ERA MI BOCA TODAVÍA

De todo el tiempo que no estuve en mí,
no pudo quedar dicha
ni una sola palabra;
y hoy ya no acierto a dar con quien no fui,
sin una voz, por dentro conocida,
que me oriente buscando la salida
para desovillarme hasta la nada.

Ahora estoy en mí,
y sin embargo,
afondado en mi ser
todavía rebusco
aquel entonces en que sólo era
algo como el revés de una inmensa nostalgia
por lo que yo después, al fin, sería,
al hallarme olvidado
en la anticipación de todos los olvidos,
desmemoria infinita,
inexistencia,
callado devenir de nadie en nadie,
ineludible espera
en una identidad deshabitada,
errante contingencia
de que tal vez un día
mi padre con mi madre
justo en mí se encontraran.

Trasanteantonio,
lejura,
soledoso vacío de mi voz,
tanto tiempo esperando a que yo fuera cierto,
tenaz fidelidad con que, doliéndome,
la que no era mi boca todavía,
desde la eternidad, a oscuras me seguía
por el más prolongado de todos mis silencios.

de “De boca en boca” (2005)
Antonio Preciado
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