De cuando Roldán Parte

De cuando Roldán Parte

Y cuando di la vuelta estaba de manos y pies liberado jadeante, dispersamente animal, primitivo. Y éramos dos los que cuando en el ocio vimos que no que no nos era permitido vegetar ante la falta de armas, de amores, de bellezas dignas de ser transformadas. Que el mundo estaba allí y no podíamos nosotros ocultarnos, negarle la obligación de entregarnos a él como las pelusas a los rincones o las manos frías al desconcierto.

Fue difícil ver cuando él se supo libre y despierto. Y fue más cuando vino a mí y comenzó a atarme.¿Del placer? Todo. Era tibio sentirlo con su furia contenta. Hacia mí todas las espadas, Verle. Intentar creerle que algún día podría ayudarle. Que se adelantaba y salía del lecho amándome más que cuando pretendía y pretende. Y yo atada, casi conforme, cerebral, pensativa.

Pasó poco tiempo sin que pudiera cortar las ridículas correas. A cada paso, la verdad era más cruel que la misma ironía. No hay un de pronto, si alguien pregunta. No pasó nada. Yo seguí, la vida siguió conmigo, tratando de estudiar, de descubrir, de postergar lo que él había ido a buscarse. Hoy hace mucho. Quizá no tanto por las fuerzas de las sumas en mí corta diferencia de nacimiento. Quizá fue hoy. O no lo será nunca. O fueron otras personas. Lo cierto es que como si hubiera sido.

Así que, estamos aquí. O mejor dicho, estoy —singular— como siempre. Si alguien escucha, estoy probablemente dormida. Intentando una vez más que mis números se vuelvan a mí como las espadas. Buscando que mis esfuerzos inunden al mundo. Tratando de encontrarme a otros con menos agallas, para que no salgan de los lechos dejando a otras como yo atadas y conformes.

Que todos necesitamos el cambio, nadie lo niega. Que falten muchos como el que se fue para mejorar las cosas, nadie lo sabe. Hay una sola persona que entiende . Para él esto.

Camila 
(Erika Solano)
Subir a Inicio