Le digo adiós a tu demonio

Le digo adiós a tu demonio

Te me estás yendo mujer
tu demonio de amor me deja
lo único que me quedaba
a ti te dejé ir hace tiempo
no creí que fuera tan pasajero
aunque lo deseara.

Aunque tengo tu memoria
tu demonio son casi sombras en mí
ya no tiene la fuerza de partir mi mente
(mi corazón, mi alma o como quieran llamarle
al fin y al cabo es el ser, lo que soy, lo que somos)
de poner de cabeza los pensamientos
ya no tiene la impertinencia
de asaltar con tu recuerdo.

Ya no tiene esa jodida dulzura
de seducirme en los últimos sueños
los que apenas ya siento
ya no tiene esa locura
de obligar a levantarme a buscarte
donde quiera que estés
con quien quiera que estés
así sea solo para mirarte.

Tal vez se cansó
de la frialdad y los versos
que son lo único que me permito.

Prefirió regresar contigo
o tal vez buscar a otro
a cambiar los versos por besos
a ser acciones en lugar de pensamientos de tinta y papel
buscar a quien le importe un pito los convencionalismos
y prejuicios de hogar, de trabajo y de más.

Prefirió regresar a hacerte feliz
buscar a otro menos cobarde
que se lance de cabeza al abismo de tu amor.

Buscar a otro que sienta y no que piensa
y todas las cursilerías ya nombradas.

Y que hacer si a tu demonio
no me atrevo a retener.

Mejor despedirlo
con lo único que tengo
y que a ti también te ofrecí.





26 de junio, 2014

Pasillo - J. E. Adoum

Pasillo

Tal vez eras lo único que no debí
nombrar en mi destierro, el solo
río donde no puedo entrar dos veces,
la prohibida paz, la esmeralda quemante.

Tal vez eras lo único que no debí
buscar y rehuir a golpes, como en la red
el pez, tu orilla fortificada, su cinturón
de niebla te rodea y aisla y me niega y aparta.

Tal vez eras lo único que mordía
mi corazón, tu boca me recordó a deshora
la flor enterrada tantas veces. Por qué
debías rehacer su pétalo quebrado.

Por qué me diste lo que no podías
y el hueco de tu voz que me persigue.
Tal vez porque eras lo único que quise, ay
desolada retrasada, ay estrella mal llegada
a condecorar mi obligatoria oscuridad.

De los Cuadernos de la Tierra (1952-1962)
Jorge Enrique Adoum.

Enfermedad

Enfermedad

No te puedo abrazar
te sofocas.

Cuanto odio esta enfermedad
y su solución
asesinas las dos,
no te dejan ser la misma.

Ella te mutila
el vientre (la matriz)
los senos (el néctar de vida)
y acaso ya no eres mujer
solo falta que te mutile el corazón.
Solo puedo acariciar
las manos y los pies
de tu tez fría.

Contemplar tu sueño
y apenas acariciarte
intentando consolar
tus sollozos
y las lágrimas que trago
profundamente.

Como nos acerca
y nos aleja a la vez.

Te ves tan tranquila
que piensas
que pensamos
tal vez confluyan
en ese silencio
en las cosas que no mencionamos
en ese miedo que callamos.

Cuanto odio la espera
las salas
los resultados
como amo la respuesta final (tu vida)
cuanto odio de nuevo volver a empezar (por qué de nuevo, por qué).





junio 2014




Desafío para dos

Desafío para dos

Algún día te desafiaré
tendrás que encontrarte
entre mis versos
saber dónde y en qué momento
te viví.

Cuantas veces te he pensado
cuantas veces he disfrazado
tu recuerdo con otros
cuidando las palabras.

Estoy seguro, te confundirás
no sabrás si eres tú
o el resago de un amor pasado
y pensarás que quiero
martirizarte, insensible a tu dolor
pendejo e idiota de versos francos.

Y por qué hacerlo
por qué el tormento para los dos
será como recorrer, abrir
un camino oscuro y nuevo
con serpientes y flores.

Y cuando encuentres ese momento
cuando al fin te reconozcas
estarás segura de que ya no
te guardo ningún secreto.

De que he dado todo lo que soy
palabras de viento viajero
mi lucha y mi canción.

Te habrás enfrentado
a mi oscuridad, a mi luz
y a mis demonios (como los tienen todos).

Y todo esto suena egoísta
pero créeme cuando te digo
que soy capaz de hacer lo mismo por ti.




Jun 15 / 2014

Mejor Distancia

Mejor Distancia

Aunque de vez en cuando
te sorprenda leyendo
pensando en mí
(aunque es una osadía
y exceso de orgullo
creer que piensas en mí)
y por más que haga de todo
para hacerte creer
que no pienso en ti.

Sigamos así, es mejor
para los dos no complicar las cosas
distanciarnos y extrañarnos
por ahora es mejor el recuerdo
aunque nos crucemos de vez en cuando
porque esto es de dos
no de medio querer
o medio pensar que es posible algo.

Entiéndeme es mi naturaleza
a veces ser un idiota, es el miedo
y te entiendo cuando quieres
que no te toque, que no te hable
ni siquiera que te mire.

Es mejor buscar consuelo
en otros labios
es mejor "quitar una pena
con otra pena y un dolor
con otro dolor".

Mejor lanzar las palabras
al viento, para que otro
te susurre al oído esos versos
y te ayude a sacar la distancia del corazón
y los pensamientos.

Es mejor no sentir y tratar (para ti)
con mis penas y mi desconsuelo
incomprensible y extraño.

Mejor para mí no llegar
a consolar tu futuro dolor
no lo soportaría una vez más.

Quiero ver partir la luz
por el prisma
tu eres el azul de mar,
de cielo, de paz
eternamente alegre.

Yo soy ninguno
soy el que queda por ausencia
dejando un poco de oscuridad
en aquellas que cruzan por su haz
como un mal recuerdo
de un dolor tonto
que me trago en la soledad.

Solo me queda seguir
observando tu distancia
evitando los impulsos
por retenerte
para de una vez por todas
aceptar mi realidad (la soledad).




jun 14 / 2014
Recordando en la ruta
del Corredor

Justicia

Justicia

Ahí está la que calló
la que cerró los ojos
mientras al otro lo golpeaban.

Muda y feroz
no merece las armas que posee
que llega tarde dicen
pero llega, como dios.

De que me sirve
de que le sirve al otro
si agoniza ahogado por su sangre
en un charco de saliva y dolor.

Y los ultrajantes, los responsables
se alejan sin culpa
entre risas y sudor
sino merecen acaso
ver la balanza caer
y partirlos en dos.

No levantes ni una mano
que eres eso, un simple
adorno de los hombres y de dios.

Que yo iré
a buscar a los míos
para sembrar en la tierra de nadie
eso que se nos negó.




5 de junio, 2014
San Marcos (Quito, Centro Histórico)

Subir a Inicio