La tumba de las luciernagas

La tumba de las luciérnagas



Mil hermosas
luces centelleantes a la noche
de mil almas perdidas
que fueron fugaces cortas breves
apenas un suspiro en su tragedia
se esfumaron sus recuerdos felices
solo quedó su sufrimiento y de él su ternura.

Se encierra en una tumba su fulgor
la luz que sembraban al amparo de la noche
jugando a combinar con la luna y las estrellas
ellas hacían su propia constelación
para siempre solas en su propio y solitario llanto
con otras como ellas.
La tumba sin nombre cierra ahora
sus lágrimas y su verde luz.

No hay donde derramar nuestros
collares cristalinos dulces y salados
no hay donde colocar flores
ni levantar cruces o estatuas
o algo que rememore su recuerdo,
por qué mueren tan pronto las luciérnagas
extinguidas en la desesperación.

Traga las lágrimas,
llena con ellas el estómago
que no te vea llorar
ella ya solo soñará.
Se apagó su sonrisa
hojas y ramas secas para su muerte
que la eleven al cielo
en su última llama
pronto tú también
la seguirás.







febrero 2015,
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