Bosquejo para una historia

Bosquejo para una historia

Él sentía que lo perdió todo, perdió a su madre, el mayor dolor de su vida. Escribía y aborrecía a la muerte, la odiaba y la pensaba:

"Jugaré, coquetearé con ella
le escupiré la cara
haber si corta
con su guadaña
el bendito hilo dorado
y me deja al fin caer,
y cerrar los ojos
con los sellos de plata
respectivos para el viaje final"

Le quito lo más sagrado, lo que más amaba en su vida y de que forma: un asesino lento, insospechado y muy capaz, y siempre siempre regresa a terminar su trabajo. Caminaba y fumaba, la ansiedad jamás se calma. Un día llevado por sus pies, solo, gritando al mundo las más dulces groserías a la muerte y la puta vida, tomó un camino diferente y encontró dos monedas nuevas cara arriba de la más baja denominación, y aceptó la frenta de la dama negra pensando en las palabras del simbolismo hallado:

"Esto es lo que vale tu vida para mí,
si quiero puedo tomarla, justo aquí y ahora.
No vales nada"

Tomó las monedas las guardó no sin antes en un cuaderno negro, con portada de acetato de vinilo, anotar al final de una hoja:

"Llevo en el bolsillo a la muerte"

Semanas después lo apuñalaron con un pico de una botella rota en su cabeza ante un intento de asalto. Ahora lleva una cicatriz en forma de media luna en el lado izquierdo de la espalda y dos monedas en el bolsillo, esperando el próximo encuentro del tierno y cálido beso de sangre de su dama por la piel.






20 de abril, 2015.
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