Justicia

Justicia

Ahí está la que calló
la que cerró los ojos
mientras al otro lo golpeaban.

Muda y feroz
no merece las armas que posee
que llega tarde dicen
pero llega, como dios.

De que me sirve
de que le sirve al otro
si agoniza ahogado por su sangre
en un charco de saliva y dolor.

Y los ultrajantes, los responsables
se alejan sin culpa
entre risas y sudor
sino merecen acaso
ver la balanza caer
y partirlos en dos.

No levantes ni una mano
que eres eso, un simple
adorno de los hombres y de dios.

Que yo iré
a buscar a los míos
para sembrar en la tierra de nadie
eso que se nos negó.




5 de junio, 2014
San Marcos (Quito, Centro Histórico)

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