Mi pueblo en elecciones - Euler Granda

MI PUEBLO EN ELECCIONES

Bien formadito,
avestrucil,
disciplinado,
desde las seis de la mañana,
desde el más intrincado desamparo,
desde la gacha barriga de la hambruna;
hormigas magulladas:
mi pueblo va emergiendo;
de no creer como a mi pueblo
lo cazan con palabras,
lo llevan a empellones,
a multas,
a sablazos,
en estéril chacota hacia el corral
en donde habrán de trasquilarlo.
Después
los medios de comunicación
y embrutecimiento colectivo
en grandes titulares de colores
han de expeler al viento sus eructos:
“en un ambiente sano
de paz y de tranquilidad
el país vivió ayer
una conmovedora fiesta cívica”;
“Fue una actitud ejemplar
y emocionante hasta las lágrimas;
nunca en la historia de este país
consagrado al Corazón de Jesús
se vio más compostura
ni hubo tanto derroche de unción cívica”;
“formaremos gabinete de lujo,
con manos largas,
muelas y bolsillos de lujo";
“exigiremos austeridad
a los hambrientos”,
“Largas filas de damas
arrebolaron sus mejillas
y sufrieron vahídos
ante el verbo encendido del joven candidato”.
Cívica mazamorra,
entusiasmo cívico,
ceguera cívica,
impuestos cívicos,
extorsión, saqueo, cárcel cívica;
“el pueblo deberá ajustarse el cinturón
para que sus elegidos puedan
representarlo dignamente”;
tos cívica,
balas cívicas,
garrote cívico
“quienes no rebosen de civismo
serán reprimidos ejemplarizadoramente”.
Mala pata mi pueblo
cívicamente ayuna,
se deja pisotear,
come cuentos rosados
y hasta para morir es cívico.
Mi pueblo tuerto,
mi borrego pueblo,
mi pueblo yunque,
mi descarnado,
mi chupado pueblo
está boqueando de civismo.
Euler Granda

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