A las doce de la noche

A las doce de la noche

Tu nombre completo en mi boca
endulzándome el oído
o tu apócope
sincopando mi corazón
dándole la razón de su latido.

Como quisiera que fueras tú
y no mi ilusión imaginándote
y acaso si fueras tú
no dejaría de seguir imaginándote
salvo con la pequeña diferencia
de que lo arriesgaría todo de un golpe
para intentar estrellarme en tu indiferencia.

Tal vez pasada esta noche
tenga las cosas un poco más claras
o así ni quizás con más razones
deje de ser el idiota de mil noches pasadas
solo para aprender un poco más
de esta compleja tarea de vivir.

Dame un millón de motivos
para darte un millón uno de escusas
y al dejarme conocerte
inventaría un millón dos de ilusiones más
solamente pare mostrarte uno a uno
un millón tres de mis defectos.

Y tal vez no sea lo correcto
intentar juntar el amor y la amistad
para dejar de creer que si ganas uno
pierdes otro.






viernes 24 de julio, 2014
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