Demonios
Todos tenemos nuestros demoniostodos buscan eliminarlos
o tenerlos un tiempo prudente
y exorcizarlos, desecharlos
para que no causen daño.
Todos, menos los que son como yo
a nosotros nos gusta deleitarnos con su belleza
sacar provecho a su maldición.
Cualquier otro los echaría a patadas
o los conservaría el tiempo necesario
pero nosotros, nosotros no.
Los dejamos a sus anchas
que pongan de cabeza la moral
que hagan lo que quieran con el amor
que sodomicen los prejuicios y los orgullos
que hagan que parezca normal
como una cosa de todos los días
esa autodestrucción.
A mi personalmente me gusta
ayudarlos, no habría chiste
si solo los observara.
si solo los observara.
Me gusta acompañarlos en su desorden
ayudarlos a generar el caos
de las preguntas sin respuesta
de los impulsos estúpidos
de los recuerdos que aún duelen.